Sabía que no podía admitir que se había quedado dormido, sólo para ser despertado por una sombra fugaz. La idea de parecer un loco, o peor aún, un novato asustado, le hizo callar. Se limitó a asentir, sintiendo el peso de la situación.
«Presentaré el informe», dijo Nathan, con la voz más apagada que antes. Mientras se alejaba, no podía deshacerse de la persistente sensación de que algo no iba bien. Las bromas, el equipo desaparecido… todo empezaba a parecer algo más que una broma.