Cuando conoció a su hermana recién nacida y gritó: «Ésa no es mi hermana», su padre empezó a cuestionárselo todo

Antes de que la enfermera pudiera responder, la puerta se abrió con un chirrido y James entró. Su sonrisa era amplia mientras se acercaba, aunque vaciló ligeramente al ver la expresión de Anna. «¿Qué te pasa, cariño?», le preguntó arrodillándose a su lado.

Anna lo miró con el rostro serio. «Papá», dijo, con voz temblorosa. «Esa no es mi hermana» James parpadeó y se levantó para mirar dentro de la cuna. La piel pálida y el pelo pelirrojo brillante del bebé le pillaron desprevenido. Inclinó ligeramente la cabeza, sin saber qué pensar.