Página de prueba

La idea le produjo un escalofrío que la llenó de una mezcla de miedo y urgencia. Por inquietante que fuera, este pensamiento también la impulsó a pulsar el timbre. No podía soportar la idea de que su querido tío yaciera allí, desconocido para nadie, sin que nadie se percatara de su ausencia. La mera idea le resultaba insoportable y sabía que tenía que averiguar si estaba bien.

Afortunadamente, en cuanto llamó al timbre, oyó ruidos procedentes del garaje. Curiosa, se acercó a la puerta del garaje y se agachó para abrirla. Justo cuando estaba a punto de levantarla, la sorprendió una voz que le gritaba desde atrás.