El jeep, su único camino de vuelta a la civilización, esperaba mientras ellos se alejaban unos pasos, contemplando la majestuosidad de su entorno. Casi se olvidó de todo lo demás, perdida en la suave brisa y el susurro de las hojas, hasta que un extraño y bajo estruendo rompió la paz.
Al principio fue distante, casi como un trueno, pero se hizo más fuerte a cada segundo que pasaba. Amara se giró y abrió los ojos cuando un enorme elefante irrumpió entre los árboles, lanzando un trompetazo de alarma y cargando contra los turistas que se habían dispersado.