Un mono arrastra a su cachorro y su dueño se sorprende al descubrir la verdad

El pequeño cachorro estaba acurrucado junto a la carretera, con su suave pelaje marrón enmarañado y sucio, y sus ojos grandes y conmovedores rebosaban anhelo. Aquella visión tocó la fibra sensible de Gabriel y, en ese momento, supo que no podía marcharse sin más.

Decidido a no perder su viaje, pero igualmente comprometido a dar a Coco la vida que se merecía, Gabriel tomó una decisión audaz: se llevaría al cachorro con él. No era lo convencional, y desde luego no sería fácil, pero no podía abandonarla.