Un chimpancé irrumpe en el hospital: una enfermera llora al ver lo que lleva en brazos

A pesar de sus dudas, Jessie estaba decidida. «Tendré cuidado», prometió, acercándose al chimpancé despacio pero con confianza. Los agentes, aún indecisos, decidieron quedarse atrás y vigilarla de cerca.

El chimpancé condujo rápidamente a Jessie fuera del hospital y hacia el bosque. La sensación de urgencia crecía a su alrededor, haciendo que cada crujido de las hojas y cada lejano ulular de los búhos parecieran más intensos. La luz de la luna añadía al bosque una sensación misteriosa y ligeramente espeluznante. Jessie sintió que tenía que confiar en el chimpancé, a pesar de que todo se estaba volviendo más misterioso y un poco aterrador.