Un chimpancé irrumpe en el hospital: una enfermera llora al ver lo que lleva en brazos

Al cabo de un rato, el veterinario abrió la puerta y les dio la bienvenida con una sonrisa. Les informó de que habían llegado justo a tiempo y que sus esfuerzos habían logrado salvar a los animales. Jessie, sintiendo una mezcla de alivio y curiosidad, se volvió hacia el veterinario y le pidió una explicación.

Por suerte, la conexión de David con el santuario de animales local supuso un rayo de esperanza. Con amplios espacios y recursos, el santuario estaba más que equipado para cuidar de estos seres extraordinarios. Era una solución perfecta, que les ofrecía la oportunidad de una nueva vida llena de amor y seguridad.