Un chimpancé irrumpe en el hospital: una enfermera llora al ver lo que lleva en brazos

La repentina intervención de Jessie, unida al visible alivio en su rostro, pareció comunicar al chimpancé que David no era una amenaza, sino un aliado potencial. Con un sutil cambio de postura, el chimpancé se dio la vuelta, sugiriendo que tanto Jessie como David debían seguir su ejemplo.

Jessie, con el corazón todavía acelerado por el encuentro, negó con la cabeza, con la voz teñida de incertidumbre. «No tengo ni idea, David. La gravedad de la situación es un misterio para mí también» Con David justo detrás de ella, siguieron avanzando por la espesura del bosque.