George decidió llegar al fondo del asunto. Necesitaba respuestas sobre el misterio de su perra desaparecida y el extraño animal que la acompañaba. Pero antes, quería disfrutar de que su perra favorita, Luna, volviera a estar con él. Al día siguiente, iría al servicio de animales.
A George le molestó que el personal de rescate de animales no le dijera nada. No les creyó cuando le dijeron que no sabían qué era la criatura. No estaba ciego; vio cómo cuchicheaban entre ellos. Estaba claro que sabían algo que no le decían.