Un granjero encuentra a un búfalo desaparecido después de 8 meses – Cuando se acerca, se vuelve pálido

Bill avanzó, con las hojas crujiendo bajo sus botas. Los ojos de Daisy seguían cada uno de sus movimientos, su postura protectora inquebrantable.

Los extraños ruidos se hicieron más fuertes, ahora intercalados con débiles y agudos balidos. Bill frunció las cejas, confundido. ¿Podría ser… un bebé?