Mientras Oliver hablaba, los ojos de Liam se abrieron de par en par, horrorizados. Las piezas encajaron. Los incendios forestales del verano pasado habían sido graves, y se preveía que el año próximo serían aún peores. Pero había algo más que conmocionó aún más a Liam.
Cuando Oliver cayó en coma diez años atrás, los incendios forestales masivos en el Reino Unido eran casi desconocidos. Ahora eran una amenaza común. Liam imaginó la ardiente devastación descrita por Oliver y finalmente comprendió la reacción del periodista.