Liam y sus padres se quedaron clavados en el sitio. Se quedaron atónitos al ver que el reportero estaba tan pálido como un fantasma. «¿Qué demonios te ha dicho Oliver para conseguir esta reacción?» Preguntó Liam repetidamente. Pero la única respuesta que recibió fue: «Tiene razón…»
Liam miró a sus padres y vio confusión en sus ojos. Tenían muchas preguntas, pero estaba claro que no obtendrían respuestas de este periodista. «Lo siento, pero tengo que llamar a mi mujer inmediatamente», dijo con voz temblorosa. Mientras se marchaba, Liam y sus padres se esforzaron por escuchar a escondidas, con la esperanza de comprender algo. Sólo captaron fragmentos de la conversación, pero una frase les heló la sangre.