La familia se sintió impotente para impedirlo. Oliver había actuado claramente a sus espaldas. Liam hizo un último intento de razonar con su hermano, rogándole que no hablara con el periodista. Pero Oliver no quiso escuchar y le pidieron a Liam que les diera un poco de espacio. A regañadientes, accedió.
Fuera de la habitación de Oliver en el hospital, la familia esperaba ansiosa. No podían oír la conversación, pero podían observarla a través de la ventana. Oliver hablaba con fervor y, al principio, el reportero anotaba todo con una sonrisa divertida. Pero entonces, algo cambió..