Mientras Oliver hablaba, los ojos de Liam se abrieron de par en par, horrorizados. Las piezas encajaron. Los incendios forestales del verano pasado habían sido graves, y se preveía que el año próximo serían aún peores. Pero había algo más que conmocionó aún más a Liam.
Cuando Oliver cayó en coma, diez años atrás, los incendios forestales masivos en Canadá eran casi desconocidos. Ahora eran una amenaza común. Liam imaginó la ardiente devastación descrita por Oliver y finalmente comprendió la reacción del periodista.