Unos días más tarde, Heather se encontraba de nuevo en el parque, charlando con un grupo de madres. Destiny, que estaba sentada a su lado, era alguien con quien Heather siempre se sentía cómoda, un marcado contraste con Katherine, la rumoróloga del barrio. Con Destiny, Heather podía ser sincera. Así que le contó con cautela lo que le preocupaba de Jackie, con cuidado de no parecer una esposa exagerada y paranoica.
Destiny hizo una pausa antes de responder y dirigió a Heather una mirada que parecía transmitir una comprensión tácita. «Ten cuidado a quién dejas entrar en tu casa», le aconsejó Destiny con delicadeza. «No todo el mundo es lo que parece» Aquellas palabras calaron hondo en Heather, consolidando su malestar. Por si fuera poco, Jackie había empezado a aparecer en sus vidas con más frecuencia, sus excusas para visitarles eran cada vez menos convincentes y sus miradas a Sam demasiado persistentes.