A medida que el sol descendía en el cielo, proyectaba sombras espeluznantes sobre el paisaje. De repente, un suave peso sobre el hombro de Paul captó toda su atención. Se quedó inmóvil, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. A cada segundo que pasaba, sabía que tenía que enfrentarse a la criatura que tenía detrás. Paul se preparó para lo desconocido…
Con cautela, giró la cabeza para enfrentarse a la inesperada presencia. Sus ojos se abrieron de golpe al encontrarse cara a cara con un león solitario. Por un momento, fue incapaz de respirar, con el aliento atrapado en la garganta. Respirando entrecortadamente, evaluó sus opciones, plenamente consciente de la gravedad de la situación.