Hace que la cremallera sea más suave para que puedas abrirla y cerrarla sin problemas. Puede que tengas que deslizar la cremallera hacia delante y hacia atrás unas cuantas veces para asegurarte de que está bien lubricada, pero debería funcionar.
A la hora de cocinar, coge unos cubitos de vino congelados, descongélalos y ya está: una solución fantástica para realzar el sabor de tus platos. Este método no sólo es cómodo, sino también una excelente manera de evitar desperdiciar el vino sobrante.