El casero del infierno intentó desahuciar a una mujer de 27 años, pero el karma llamó a su puerta

Finalmente, el Sr. Perkly subió al escenario, con una postura segura al presentar el apartamento de Stacey. La voz del subastador retumbó en la sala, destacando su «ubicación privilegiada» y su «diseño encantador» Pero Stacey sabía que sus susurros ya habían echado raíces, ensombreciendo la venta.

El subastador abrió la puja, pero un extraño silencio se apoderó de la sala. El público se removió en sus asientos, intercambiando miradas cautelosas. Los segundos pasaban, pero no se levantaba ninguna paleta. La sonrisa confiada del Sr. Perkly vaciló y un atisbo de confusión se dibujó en su rostro a medida que el silencio se prolongaba.