El casero del infierno intentó desahuciar a una mujer de 27 años, pero el karma llamó a su puerta

En pocos días, la historia llegó a Internet. Empezaron a aparecer mensajes en foros locales en los que los inquilinos describían sus encuentros «embrujados» en el edificio. Circulaban historias de luces parpadeantes, murmullos inquietantes y sombras fantasmales. Cada relato aumentaba el suspense y el misterio en torno al apartamento de Stacey.

Stacey estaba encantada con el caos que había sembrado, pero sabía que su batalla aún no había terminado. A pesar de los rumores, el Sr. Perkly llevaría a cabo la subasta como último intento de vender el apartamento. Un comprador potencial, ajeno a la reputación del edificio, podría hacerse con él, dejándola a ella sin casa.