El casero del infierno intentó desahuciar a una mujer de 27 años, pero el karma llamó a su puerta

Esa noche, Stacey decidió que había llegado el momento de poner en marcha la fase final de su plan. Llegó pronto a casa, con el corazón acelerado por la expectación, y lo preparó todo. Colocó el altavoz Bluetooth en el pasillo y lo configuró para que reprodujera unos murmullos débiles e inquietantes que parecían surgir de la nada.

Junto a la puerta principal, Stacey aferró el mando a distancia de la luz del pasillo. Esperó atenta a los pasos que se oían fuera. En cuanto oyó algo, pulsó el botón, haciendo que la luz parpadeara erráticamente. Al imaginar las miradas nerviosas de sus vecinos, sintió una pequeña emoción.