La dedicación de Kate a ser una presencia activa en la crianza de sus hijos desafía las expectativas convencionales de la paternidad real. Su método práctico significa una filosofía más profunda de crianza e implicación, que subraya la importancia que da a las experiencias formativas de sus hijos e ilustra su papel no sólo como miembro de la realeza, sino ante todo como madre.
Esta visita subraya el compromiso de Kate de asegurarse de que sus hijos saborean los placeres ordinarios, junto a sus vidas extraordinarias. Al integrar estas experiencias, Kate garantiza una educación equilibrada, que combina las obligaciones de la vida real con momentos de felicidad no programada, fomentando un sentido de normalidad y asombro en la vida de sus hijos.