El karma de una señora con derechos en un restaurante se sirve en bandeja de plata

El rostro de Karen se puso pálido al oír las palabras de Greg, y su fachada de confianza se desmoronó. Miró a su alrededor, buscando algún signo de simpatía, pero sólo encontró miradas vacías y algunas sonrisas burlonas. Por primera vez, Karen parecía realmente perdida, cogida por sorpresa de una forma que no esperaba.

Desde la distancia, Stephanie sintió una oleada de satisfacción. Lo había manejado todo con serena profesionalidad, dejando que el propio comportamiento de Karen condujera a ese momento. Su retransmisión en directo había atraído mucha atención, los lugareños comentaban con entusiasmo mientras veían cómo la cliente con derechos se enfrentaba por fin a una consecuencia.