«Me voy con mi prometido», dijo ella, con voz resuelta. «Kevin es amable y honesto. Es el hombre en quien confío y en quien creo» Cuando Eloise y Kevin se marcharon, Peter se quedó boquiabierto al darse cuenta de su grave error. Observó impotente cómo su hija, la persona que más apreciaba, se alejaba de él.
Kevin, sintiéndose incómodo, siguió rápidamente a Eloise, deteniéndose sólo para intentar un cortés «Gracias por la cena». Sin embargo, sus palabras fueron recibidas con silencio. Peter, que se había quedado en la mesa, vio la desaprobación en los ojos de su esposa Bianca. «Todo lo que te pedí fue que tuvieras la mente abierta esta noche», dijo ella, con la voz teñida de frustración. «Tu obstinación podría costarnos a nuestra única hija» Con esas palabras, abandonó la mesa, dejando a Peter solo con sus pensamientos. Se preguntaba cómo su familia perfecta se había deshecho tan rápidamente.