Eloise, hija única, siempre había sido un poco mimada. Sus padres eran ricos y, como la mayoría de los padres, sólo deseaban lo mejor para sus hijos. Sin embargo, a veces parecían llevar las cosas demasiado lejos.
Su padre, especialmente estricto, siempre insistió en que sacara buenas notas. Cuando empezó la universidad, fue muy claro: nada de citas hasta que obtuviera su título. Por aquel entonces, Eloise se limitaba a poner los ojos en blanco, pensando que su padre era demasiado protector. Nunca planeó conocer a alguien especial, pero ahora que lo había hecho, se mordía el labio nerviosa, intentando averiguar cómo darles la noticia a sus padres.