Mientras tomaban el té, Eloise sintió un nudo en el estómago. Armándose de valor, respira hondo y aborda el tema. «Mamá, tengo que decirte algo importante. Por favor, entiende que siento el mayor respeto por ti y por papá, y que nunca ha sido mi intención haceros daño», empezó tímidamente. La expresión de su madre cambió a una de preocupación, sus ojos buscaban pistas en los de Eloise. Intuía que su hija estaba a punto de revelarle algo importante.
«Mamá -comenzó Eloise, con la voz ligeramente temblorosa-, cuando empecé la universidad, papá dejó claro que las citas estaban prohibidas. Pero entonces conocí a alguien» Hizo una pausa, y sus palabras brotaron como un torrente al continuar: «No sabía cómo decíroslo, así que lo mantuve en secreto. Me he enamorado profundamente de él, y anoche me propuso matrimonio» Eloise soltó su secreto de un tirón. Una vez desvelada la verdad, esperó ansiosa la respuesta de su madre, conteniendo la respiración.