Momentos inapropiados captados por la cámara de un dron

Pero no sabían que el dron que zumbaba sobre ellos no llevaba placa. No era más que un artilugio civil: un sobrevuelo sorpresa. Pero los sospechosos no se quedaron a averiguarlo y desaparecieron antes de darse cuenta de que habían huido de una falsa alarma.

El nadador permaneció quieto, sin saberlo, haciendo el movimiento más inteligente. Su tranquilo desconocimiento era su escudo; su quietud era un manto. En este tenso cuadro, la ignorancia era la felicidad y la seguridad. Si hubiera visto a su vecino acuático, el pánico habría sido su peor enemigo.