Un iceberg se acerca peligrosamente a un pueblo y los habitantes palidecen al ver su contenido

En su mente bullía la idea de que la policía viniera a disuadirle de su plan o incluso a impedirle que lo intentara. La perspectiva de un enfrentamiento le hizo sentir un nudo en el estómago, señal sutil pero inequívoca de su nerviosismo. Peter se dio cuenta de que tenía que tomar una decisión rápida..

Lógicamente, la opción más segura para Peter sería simplemente abrir la puerta, hablar con la policía y abandonar su audaz plan. Sin embargo, la sola idea de abandonar su aventura antes incluso de que empezara era insoportable. El iceberg se había convertido en algo más que una curiosidad; era un reto que se sentía obligado a conquistar, un sueño que estaba decidido a perseguir, sin importar el riesgo.