¡Una mujer de 82 años limpia el taller de su marido y descubre un oscuro secreto familiar que cambiará su vida!

Ahora, sin John, el taller estaba en un silencio inquietante. Los sonidos habituales de la actividad, el traqueteo de las herramientas y el suave zumbido de John estaban ausentes, sustituidos por una inquietante quietud. Delilah sintió el peso del silencio presionándola, amplificando el vacío de su corazón.

Mientras seguía limpiando el taller de John, Delilah suspiró y sintió que el cansancio se apoderaba de sus huesos. El trabajo físico era agotador, pero era la carga emocional lo que realmente la agotaba. Cada objeto que recogía parecía llevar un pedazo del espíritu de John, lo que hacía más difícil dejarlo ir.