¡Una mujer de 82 años limpia el taller de su marido y descubre un oscuro secreto familiar que cambiará su vida!

A pesar de su profundo amor por John, Delilah nunca había podido soportar su desorden. Ahora, dos semanas después, se encontraba en su desordenado taller, ordenando. En parte porque no soportaba el caos y en parte porque la limpieza le daba la reconfortante ilusión de que John seguía allí, quizá viendo el fútbol en la habitación de al lado.

El taller siempre había sido el santuario de John, un lugar donde podía escapar del estrés de la vida cotidiana y perderse en sus proyectos. Recordaba las muchas tardes que había pasado viéndole trabajar, con el sonido de sus herramientas como reconfortante telón de fondo de sus tranquilas conversaciones.