Las reuniones sociales eran lo peor. Valeria se movía sin esfuerzo entre las conversaciones, siempre vestida con ropa de alta gama, mientras que Jason se sentía invisible caminando por detrás con su camiseta y sus vaqueros. Valeria nunca le hacía sentirse inseguro por estas cosas. Sin embargo, eso no mejoraba las cosas.
Una noche, la frustración de Jason estalló cuando Valeria mencionó sus planes de cursar un programa de posgrado en el extranjero. La discusión que siguió fue una tormenta de acusaciones que dejó a ambos heridos. El resentimiento de Jason no era sólo por la riqueza de Valeria, sino por su miedo a no ser suficiente.