Valeria procedía de un mundo de lujo y privilegios al que Jason nunca sintió que perteneciera. La riqueza de su familia era evidente en todos los aspectos de su vida, desde la ropa de diseño hasta las cenas extravagantes. Aunque Valeria nunca hacía alarde de ello, la brecha tácita entre sus mundos siempre era grande.
Las inseguridades de Jason se escondían bajo sonrisas forzadas y risas incómodas. Recordaba haberse sentido fuera de lugar en una gala benéfica organizada por la familia de Valeria, rodeado de profesionales refinados. La noche no hizo más que agravar su sensación de inadecuación, especialmente cuando Valeria recibió elogios por su último logro académico.