El intento de Jason de enmendarse se convirtió rápidamente en frustración. Sintió una mezcla de arrepentimiento y mezquindad creciente cuando Valeria se mantuvo firme en su decisión. Su negativa a perdonarle le tocó la fibra sensible, y el arrepentimiento inicial de Jason se transformó en un sentimiento de indignación porque ella no cedía.
Jason colgó, con las emociones a flor de piel entre la culpa y la rabia. En lugar de aceptar sus disculpas, la firme negativa de Valeria avivó el fuego de su orgullo herido. Para él, era como otro rechazo, otra forma en que el mundo de Valeria cerraba filas contra él.