Un hombre trata de humillar a su ex invitándola a una boda y se queda pálido al ver con quién ha venido

Jason percibió el cambio de inmediato, la forma en que las miradas se volvían sutilmente hacia él como claro culpable. Aunque nadie lo acusó abiertamente, Jason podía sentir cómo la culpa tácita se depositaba sobre sus hombros. Vio a los familiares de Valeria intercambiar miradas cómplices.

Hablaban en voz baja, pero no lo suficiente como para que Jason no captara las insinuaciones. Cada mirada y cada susurro aumentaban su sensación de aislamiento. Valeria se apresuró a defender a Jason. Cuando alguien sugirió registrar las pertenencias de todos, se mantuvo firme, con voz firme y autoritaria.