El alcance de las desapariciones era asombroso, y cada informe dibujaba un panorama más oscuro y siniestro. A Kiara se le aceleró el corazón al atar cabos y se le heló la sangre.
La idea de un plan generalizado y malicioso dirigido contra animales inocentes se convirtió en una realidad cruda y espeluznante. Las piezas del rompecabezas iban encajando, dibujando un cuadro oscuro e inquietante.