Un cachorro no deja de abrazar a su amigo antes de dormirlo: el motivo te dejará atónito

A Kiara le dolía el corazón al ver cómo se desarrollaban los últimos momentos entre Shiro y Luna. La habitación estaba poco iluminada, lo que daba un tono sombrío a la escena. Shiro, que antes era un vibrante manojo de energía, había quedado reducido a una frágil sombra de lo que fue.

Luna, que había sido su compañera constante, se acurrucó a su lado con una ternura que hablaba de un vínculo tácito que sólo ellos podían comprender. Su último abrazo fue un poderoso testimonio de su conexión inquebrantable, un momento conmovedor que quedaría grabado para siempre en la memoria de Kiara.

El Dr. Goldberg, el veterinario, se encontraba cerca, con su habitual actitud tranquila ligeramente suavizada por la gravedad del momento. Se acercó a Kiara, con voz suave pero cargada del peso de la ocasión.