La conexión era cada vez más clara y aterradora. A medida que Susan leía más sobre el mercado ilegal de la taxidermia, donde se cazaban animales raros por sus rasgos distintivos, se le cortaba la respiración.
Viejos foros y artículos revelaban un oscuro submundo, con una figura oscura -un veterinario- vinculada a las desapariciones de animales raros. Se le heló la sangre. No era una coincidencia; el Dr. Wilson estaba en el centro de este nefasto comercio.