Decididos a no depender únicamente de los esfuerzos digitales, salieron a la calle, visitando las clínicas y refugios de animales cercanos. En cada lugar, mostraron la foto de Margo, sus voces temblando de urgencia mientras preguntaban si alguien lo había visto o tenía alguna pista sobre el paradero del Dr. Wilson.
Su campaña en las redes sociales se intensificó, con actualizaciones frecuentes para mantener la participación de la comunidad. Aprovecharon el poder de los hashtags para ampliar su alcance, conectando con grupos de rescate de animales y medios de comunicación locales, esforzándose por lanzar una amplia red en su búsqueda de Margo.