Sus dedos volaban sobre teclados y teléfonos, aferrándose a la esperanza de que apareciera alguna información. La comunidad en línea entró en acción con notable rapidez, uniéndose en torno a Susan y Ruby.
Amplificaron la petición de ayuda compartiendo publicaciones, enviando palabras de ánimo y comprometiendo su apoyo. Los dueños de mascotas y las clínicas locales reconocieron la imagen de Margo y se comprometieron a permanecer alerta e informar de cualquier avistamiento.