«¿Dónde estará?», murmuró, con las palabras apenas escapando de sus labios. Ruby le puso una mano reconfortante en el hombro, pero Susan sólo la sintió débilmente a través de la niebla de su pánico. Era como si le hubieran tirado del suelo. «Se ha llevado a Margo», susurró Susan, con la voz hueca por la incredulidad.
La noticia la golpeó como un maremoto, sumiéndola en una vorágine de confusión y conmoción. ¿Por qué iba a llevarse el Dr. Wilson a Margo? No tenía sentido Su mente se agitó, tratando desesperadamente de recomponer los acontecimientos inconexos.