Había algo inquietante en toda la situación, una sensación de que algo iba mal y de que los métodos convencionales podrían no descubrir la verdad. Lo extraño de la desaparición de Lena, combinado con la naturaleza misteriosa de Thornfield, hizo que Jacob sintiera que había más en la historia de lo que parecía a simple vista.
Las piezas del rompecabezas parecían encajar de una manera que no tenía sentido, dejándole con la inquietante sospecha de que algo crucial se estaba pasando por alto. Impulsado por un sentimiento de urgencia y por el deseo de encontrar a Lena antes de que fuera demasiado tarde, Jacob decidió que debía tomar cartas en el asunto y descubrir por su cuenta la verdad que se ocultaba tras Thornfield.