El encuentro que le había parecido tan ordinario estaba ahora cargado de un significado nuevo y alarmante. El pánico se apoderó de él a medida que asimilaba las implicaciones. Era una persona desaparecida y él había sido el último en verla.
La realidad golpeó a Jacob con una fría ola de terror. Su mente daba vueltas a posibilidades aterradoras: ¿y si le hubiera pasado algo a Lena después de dejarla? ¿Y si estaba en grave peligro, o algo peor?