Jacob asintió, comprendiendo que ella no estuviera de humor para mucha conversación. Respetó su aparente deseo de tranquilidad, así que volvió a centrar su atención en la carretera, dejando que la conversación se desvaneciera.
Volvió el silencio, sólo interrumpido por el zumbido constante de los neumáticos en la carretera y el susurro ocasional del viento que entraba por las ventanillas abiertas. A medida que se acercaban a Whistletown, Jacob no pudo evitar fijarse en que Lena no dejaba de mirar por el retrovisor, como si alguien pudiera estar siguiéndola.