Sus pensamientos giraban en espiral. ¿Y si Stacey estaba implicada en algo mucho más peligroso de lo que podía imaginar? ¿Y si alguien la había obligado a esconder al bebé? La mente de Brenda bullía de posibilidades aterradoras, cada una peor que la anterior. Tenía que obtener respuestas, y rápido.
Sentada en el silencio de la sala de estar, Brenda se devanó los sesos intentando recordar algo inusual de los últimos meses. Fue entonces cuando recordó que su vecina había mencionado un coche aparcado frente a su casa durante horas mientras ella estaba en el trabajo. Entonces no le había dado mucha importancia, pero ahora le parecía significativo.