Expresando su arrepentimiento, Harry reconoce no haber apoyado adecuadamente a Meghan en un momento de necesidad, sintiéndose a la vez enfadado y avergonzado. Distingue su reacción como influenciada por su papel dentro de la institución, en lugar de como marido comprensivo, reconociendo sus deficiencias a la hora de abordar sus problemas de salud mental.
Al reflexionar sobre la reacción de Palacio, Harry empatizó con las experiencias pasadas de su madre, sintiéndose aislado e incomprendido. El término «gaslighting institucional» pone de relieve su percepción de los esfuerzos del Palacio por socavar sus experiencias y la realidad de su situación, subrayando los retos a los que se enfrentaban dentro de la institución real.