Harper hizo una pausa, su respuesta se hizo larga y juguetona. «Bueno, bueno… parece que Sandra está enamorada y no quiere que yo lo sepa. De acuerdo, si así es como quieres jugar… Bien.» Ella continuó con un toque de broma, «No hay nada malo en mirar, ya sabes. Veo hombres guapos todo el tiempo, y sin duda compartiría esa mirada con mi colega. Pero da igual -suspiró, fingiendo darse por vencida en el asunto, aunque su tono sugería una mezcla de diversión y resignación fingida.
Sandra decidió ignorarla y observó atentamente la interacción entre la mujer y el hombre sentado a su lado. Cuando el hombre pidió una cerveza para él y un agua para la mujer, Sandra se dio cuenta de que viajaban juntos. Sin embargo, el comportamiento de la mujer -su expresión asustada e insegura- no escapó a la aguda observación de Sandra.