Un niño hace señales extrañas con las manos durante el vuelo. Cuando la azafata se da cuenta, ordena aterrizar el avión

Sus manos estaban inquietas, ajustando constantemente la correa de la mochila que llevaba colgada al hombro o pasándoselas por el pelo revuelto. A pesar del confortable ambiente del avión, llevaba una chaqueta demasiado grande para su delgado cuerpo, que le hacía parecer aún más pequeño, casi engullido por la tela. Incluso su forma de andar era vacilante, cada paso lo daba con una cautela inusual para alguien de su edad.

Carole no pudo ignorar las señales de alarma que sonaban en su cabeza. ¿Por qué parece tan fuera de lugar?», se preguntó, mientras le seguía con la mirada cuando por fin eligió asiento. La forma en que miraba a su alrededor antes de sentarse, el ligero temblor mientras guardaba la mochila debajo del asiento frente a él… cada pequeña acción gritaba que algo no iba bien.