A una anciana de 89 años le niegan un asiento en clase preferente: ¡su identidad revela un giro sorprendente!

Su nerviosismo no pasó desapercibido y el chico que estaba junto a la señora Wilson se ofreció a ayudarla a subir al avión. Tras esforzarse por sacar el billete del bolso, la condujo a la entrada donde lo comprobarían. El joven se quedó boquiabierto cuando ella sacó un billete de clase preferente.

Su reacción fue paralela a la de todo el mundo aquel día. ¿Cómo podía una mujer de aspecto tan lamentable tener un billete de clase preferente? Había pensado en comprarse uno, pero no podía justificar el elevado precio. Pero pensó que si jugaba bien sus cartas, podría engañar a la Sra. Wilson.