La feliz pareja estaba planeando su boda cuando la interminable mala suerte de los Wilson volvió a golpearles. Peter, el hermano discapacitado de Dorothy, había prendido fuego a la casa familiar. Jack entró corriendo en la casa para salvarle, pero ambos murieron en el incendio, que no dejó más que un montón de cenizas.
Dorothy y su madre no tuvieron más remedio que vivir en una vieja choza. Sólo podían permitírselo vendiendo las ovejas de Jack. Entonces Dorothy descubrió que estaba embarazada. Su madre había desarrollado demencia, lo que le hacía comportarse de forma agresiva.