Sin embargo, un encuentro singular pronto pondría en tela de juicio sus percepciones de un modo que nunca había imaginado. Elena se embarcó en su nado habitual a lo largo de la costa de Ratonga, acompañada por sus colegas y una embarcación de apoyo
Mientras tanto, un dron vigilaba diligentemente sus movimientos desde arriba mientras nadaba junto a un pequeño grupo de ballenas jorobadas.