Jason y Samantha caminaban por el pasillo suavemente iluminado hacia el comedor, con los pasos llenos de expectación. De repente, una fuerte sacudida recorrió la nave y los sorprendió a ambos. Jason se agarró instintivamente a la pared para estabilizarse y tiró de Samantha para acercarse a él, ambos sobresaltados por el brusco movimiento.
Antes de que pudieran hablar, una voz tranquila sonó por el intercomunicador. «Señoras y señores, soy su capitán. Tenemos un pequeño problema con el motor. Por precaución, atracaremos en una playa cubana cercana. Planeamos reanudar la navegación por la mañana»